domingo, 21 de marzo de 2010

Una historia llena de lujuria, alcohol, piratas y buitres

Aquella persona se ha dado cuenta que todo llega a su fin. Que se termino la época de dar besos por centavos o de mostrar su grandeza masculina tan solo por calentura. Se aburre, mira el techo (al cielo también así no se pone celoso) y se pregunta si es momento de dejar todo atrás. Por arte de magia, ellos le contestan que es hora de vivir la vida de otra manera e ir a otro rumbo.

Se canso también de personajes que pronuncian un “TE AMO” simplemente porque hizo lo que tuvo que hacer en ese momento justo. También se canso de la absurda guerra con el otro bando, los buitres, que escupen el asado tan solo para jugar al que “gane el mejor” como si la otra persona fuera un objeto de deseo, que solamente lo puede ser si aquel individuo se deja usar como trofeo. Sin dudas tiene ganas de enamorarse y de sentir el amor de la otra persona.

Se mira al espejo y se siente cambiado. Pero este objeto le pasa como un filme toda su vida pasada. Aquel primer beso que vaya a saber de quien era esa boca. Aquel choque de almas que vaya a saber que habrá sido de esa persona. Se le hace una mueca cuando recuerda aquella noche en donde su entorno jugaba a superar el record tan deseado. De agarrar lo que venga sin que nadie moleste a nadie, de sentirse en la cima del mundo.

También llora por aquellas personas que no supieron entender el juego y que la lastimaron absurdamente.

Sale del espejo y mira la ventana para observar el barrio que lo vio crecer. Y es ahí, en ese instante, donde se da cuenta que ya no es el mismo. Ya no hay chicos en la esquina, ya no hay canchas de futbol, ya no hay chicas tomando sol. Y aquel viejo amor de barrio también parece haber desaparecido. Se seca los ojos, vuelve a mirar al cielo y cierra la valija. Desde la puerta observa todo desde un plano inolvidable y antes de cerrar por última vez se despide de todos aquellos recuerdos, de todas aquellas experiencias que lo hicieron crecer y darse cuenta que todo llega a un punto final.



Espero que les haya gustado esta edición. Nos vemos la semana que viene.

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