domingo, 11 de abril de 2010

Màs alla del sol

Desierto. Sol. Tormentas de tierra. A lo lejos vemos un oasis, pero tememos que sea solo productor de nuestra imaginación. Lo cierto es que nuestro amor propio, ese que sale de lo mas profundo de nuestro ser, no deja que nos quedemos tirados en el suelo rezando por un vasito de agua. Quiere que lo levantemos, porque para ir mas allá del sol debemos merecernos ir mas allá del sol. Y no se habla de ser uno más fuerte que el otro. Sino ser más fuerte que uno mismo. Agarrar los guantes, mirarse frente a esa sombra negra que nos quiere ver hundir y empezar a correr. A correr hacia allá. Hacia ese oasis. Hacia esa paz interior. Hacia ese sol, para después ir mas allá de la misma estrella hecha de fuego para hundirnos en ella y que nos limpie de una vez por todas esas heridas que parecen no cerrar pero que van a cerrar.

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