En una época donde los encuentros son cada vez mas pocos. Donde los besos ya son regalados en vez de deseados y en donde los abrazos o las flores son emoticones, ellos se conocieron. Se prometieron cuidarse por siempre, hasta el fin del mundo. Pero el destino hizo una mala jugada. Ella, presa de un pasado indentendible y de una culpa que solo su corazón lograba entender. El, preso de una condena de algún maleficio gitano.
Se separaron por un tiempo… (largo). Cada uno siguió un camino diferente, una ruta incierta hacia vaya a saber que destino.
El probo con cuerpos que solo el dinero lograba comprar o algún típico chamuyo argentino. Ella seguía tratando que aquel viejo amor lograse despertar sus sueños pero muy en el fondo comprendía que una copia de algo no es original. ¿Pero quien entiende al corazón cuando algo se le vuelve adicción?¿Quien comprende al destino cuando todas las cartas parecen jugadas pero uno no sabe las señas correctas para cantar truco y ganar la partida? Nadie tiene esas respuestas. Lo cierto es que èl sigue escribiendo algunas “historias perdidas” recordando a su amor.
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2 comentarios:
El comienzo de tu historia me atrapo, una gran definicion sobre la nueva generacion, compacta, certera.
Y no me confundi
ha sido una historia ganada sobre una generacion perdida
Muchas gracias por comentar. Espero que sigas visitando el sitio.
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